José Bustos, delegado de UOLRA Tucumán, habló en LV12 sobre el panorama en el sector ladrillero tras la paralización de la obra pública en el país.
Crece la incertidumbre y la crisis en la construcción por la paralización de obras públicas en todo el país por parte del Gobierno nacional, medida que provocó una fuerte caída en puestos de trabajos, entre ellos, en el sector ladrillero.
«La verdad que desde que asumió el Gobierno nacional que se paralizó por completo la obra pública, el sector ladrillero sufre esa consecuencia ya que hoy vemos que está paralizado casi el 60% de la producción ladrillera en la provincia y cayeron las ventas aproximadamente un 70 u 80%. Eso quiere decir, que hoy el trabajador ladrillero, no está produciendo la materia prima esencial de la construcción porque no tiene a quien venderlo, no hay obra privada ni obra pública, por lo tanto, el ladrillo que es lo esencial de la construcción, hoy sufre estas medidas que afectan a toda la familia ladrillera de Tucumán y de todo el país», dijo José Bustos, delegado de UOLRA, a LV12 Radio Independencia.
Acá en Tucumán existe la fábrica ladrillera, que son muy pocas, donde está el patrón y después son familias que las denominamos economía popular porque son familias que producen su propio ladrillo. Hoy en día, estamos hablando de 250 hornos ladrilleros, actualmente están produciendo alrededor de 80 hornos en la provincia, eso quiere decir que se ha reducido aproximadamente, en cantidad de hornos, casi un 60% de los cuales los compañeros han cerrado sus establecimientos y hoy se fueron a otras actividades.
Con el propósito de buscar soluciones, Bustos comentó que han entablado comunicación con el presidente de la Mesa Ladrillera y secretario de Producción de Tucumán, Eduardo Castro, por lo que afirma que «la situación es complicada, ya que los recursos no están llegando a la provincia.
Asimismo, informó que «el diálogo con la provincia siempre está abierto» y señaló que el Gobierno provincia hoy, asiste con «módulos alimentarios» a trabajadores del sector que no tienen posibilidad de trabajar, es decir, está al tanto de la situación, por lo que «intenta que el impacto no sea tan fuerte».
En lo que respecta a la informalidad del sector, indicó que se trata de «una actividad millonaria y de trabajadores pobres», por lo que la informalidad forma parte del panorama. En esta línea, dijo que con la Ley de Registro Provincial Ladrillero, impulsada por el Gobierno, se llegó a la creación de una mesa y una cámara que se encargó de hacer frente a esta situación pero «se volvió a cero» con el cierre de hornos y «familias enteras que producían ladrillo, hoy están haciendo otra actividad».
Hoy seguimos trabajando con Minería para hacer los relevamientos pero cada vez que vamos a visitar un horno está cerrado.
De esta forma, añadió que va a «costar mucho» sostener la actividad debido a que también hay en el mercado otras alternativas para la construcción que son «mucho más» económicas, pero no pierden las esperanzas, ya que «es una actividad milenaria y ancestral».
Finalmente, habló de las negociaciones para «unificar el corte de ladrillo en todo el territorio provincial» y expresó que están pendientes de tener otra reunión con la Cámara Ladrillera, para que los trabajadores del sector «puedan tener una certeza de cuánto van a pagar por el corte de ladrillo» cuando la actividad vuelva a funcionar.