La aparición del Viagra señaló un antes y un después en el tratamiento de la disfunción eréctil, que hasta ese entonces era conocida con el incómodo y vergonzoso nombre de impotencia. El cambio de términos no fue un tema menor: ya no se trataba de una afrenta a la masculinidad, que hoy en Tucuman tiene solución!
Pero si en un primer momento la pastillita azul parecía ser la panacea de todos aquellos que consultaban por problemas de erección, con el tiempo se vio que no todo se solucionaba con Viagra (ni con las otras pastillas que aparecieron después). Afortunadamente, había y hay otras opciones terapéuticas.
Cuando en 1998 el Viagra salió al mercado, ya se contaba con más de dos décadas de experiencia en el uso de implantes penianos que, gracias a los avances técnicos experimentados desde entonces, hoy son una opción eficaz y segura para aquellos pacientes que no responden a los tratamientos médicos.
“Los implantes penianos están indicados, principalmente, para los casos de disfunción eréctil de causa orgánica que no responden a los tratamientos médicos, como los inhibidores de la fosfodiesterasa 5 [familia de drogas que incluye al Viagra], con terapia hormonal de reemplazo o sin ella, las inyecciones de drogas intracavernosas o los dispositivos de vacío”.
Aunque los hay con distintos mecanismos, los implantes penianos constan esencialmente de dos cilindros que se colocan -cirugía mediante- dentro de los cuerpos cavernosos del pene para dotar de rigidez al miembro y posibilitar la penetración durante el coito.
Hoy es la alternativa por excelencia, donde el paciente no tiene ningún tipo de problema para tener una relación sexual, la cirugía es mínima, con una recuperación de una semana, donde el paciente entra a la mañana y se retira ese mismo día. La pareja no siente nada extraño, y lo demas esta al alcance de la fantasía de poder disfrutar de tener nuevamente una vida sexual plena, como muchos dijeron, volver a vivir!