Una nena de 13 años murió decapitada en un cementerio de Alabama, Estados Unidos, porque presenció el asesinato de su abuela, de 49.
Oralia Mendoza fue llevada engañada junto a su nieta hacia el cementerio, y allí, los asesinos la apuñalaron hasta desangrarse.
Luego, decapitaron a Mariah López, que padecía autismo, para que no los delatase con las autoridades.
Según las primeras investigaciones, el terrible desenlace comenzó cuando Mendoza se involucró con el cartel de Sinaloa. Incluso trató de trasladar medio kilo de metanfetamina de Georgia a Alabama en junio junto a su novio Yoni Aguilar e Israel Palomino.
Sin embargo, la mujer se arrepintió porque temía por la vida de su nieta: por eso mandó un mensaje alertando sobre la situación a un amigo suyo.
La mala suerte, permitió que Aguilar, su pareja, vea el mensaje, y decida «silenciarla» para que no los delate. Por eso, junto a Palomino la asesinaron y luego a la nieta para que no hable. Sus cuerpos fueron encontrados por un campesino.
Aguilar e Palomino, de 34 años, enfrentan dos cargos de homicidio capital cada uno por los asesinatos de Mendoza y López.