Otra víctima de la crisis económica (sin proyección de inversiones y con disminución de personal). La tradicional pizzería que conquista a los tucumanos desde hace más de 60 años no le escapa a la actual inestabilidad financiera, admiten un mal inicio de año y bajas expectativas para lo que viene.
Corría el año 1958, y mientras el país vivía una importante oleada política, abría en Tucumán una nueva pizzería que, con el tiempo, se convertiría en una de las más tradicionales de la provincia. Se trata de El Conejo Loco, que este año celebra su 61° aniversario brindándose al público y que, como en sus inicios, es presa de otro torbellino: el económico, relata un informe de In Tucumán.
“Tuvimos un malísimo arranque de año y todo viene para atrás. La verdad que venimos pateando las deudas para más adelante, pagando intereses monstruosos y no sé hasta cuando pasará esto” afirmó Fredi Cortes, hoy el único encargado de llevar adelante el negocio que se inició con sus abuelos.
Pese a estar ordenado y a achicar los gastos, el negocio igual sufre los coletazos de la crisis económica por la que atraviesa el país.
“Lamentablemente el consumo disminuyó considerablemente, la gente perdió poder adquisitivo, no hay plata en la calle y eso nos golpea directamente. Sin despedir personal, tuvimos que disminuir las horas de trabajo, ajustar el salario a las horas trabajadas y tristemente sufrimos la baja de aquellas personas a las que no les era redituable y se tuvieron que ir” se resignó el propietario del local.
Por último, Fredi contó que no tienen expectativas de que esto mejore, por lo que el 2019 los tendrá “quietos, sin ninguna inversión ni proyección y que, al contrario, si el panorama mejora será tiempo de pagar las deudas”. En la actualidad, El Conejo Loco cuenta con cinco locales, cuatro en Capital y uno en Yerba Buena.