El ciberataque contra la ceremonia de apertura de los
Juegos Olímpicos de Invierno en Pyeongchang
, el pasado 9 de febrero, fue solo una muestra de lo que puede suceder en un evento como el que se desarrolla en Corea del Sur, que tiene millones de antecedentes en todas las últimas citas olímpicas, según una firma de seguridad informática.
El ataque de la semana pasada provocó un mal funcionamiento de los televisores conectados a Internet en el centro de prensa, obligó a dar de baja por unas horas la página web de Pyeongchang 2018 e hizo que los espectadores que compraron entradas para los Juegos no pudieran imprimirlas.
Un informe publicado por la empresa rusa Kaspersky mostró que este tipo de ataques es esperable, si se tiene en cuenta que, por ejemplo, en los Juegos de Pekín 2008 se reportaron cerca de 190 millones de ataques cibernéticos (12 millones al día), mientras que en los de Londres de 2012 los cibercriminales hicieron más de 200 millones de ataques fracasados ??en el sitio oficial del evento.
Asimismo, en Sochi 2014 se reportaron 322 millones de ataques, seguidos de 570 millones en las Olimpiadas de 2016 de Río, detalló el reporte.
«El uso extensivo de la tecnología durante los Juegos atrae a un gran número de hackers, quienes tratan de encontrar una manera de vulnerar los sistemas y generar daños», analizó Roberto Martínez, analista senior de Seguridad en Kaspersky.
«Esto genera una situación en la que los retos de seguridad cibernética no son sólo una cuestión de seguridad, sino que también ofrecen la oportunidad de demostrar al mundo que es posible combatir con éxito las amenazas que nos rodean», agregó.
Tal como sucedió en Pyeongchang, entre los vectores de ataque más probables en estos eventos están los que apuntan contra servicios online para la emisión de boletos, reservas, asientos, hoteles, servicios de transporte y órdenes alimenticios.
También, aquellos
ciberataques
a los sistemas de autenticación y autorización, a la maquinaria robótica (para deshabilitarla o controlarla remotamente) y al funcionamiento físico controlado a distancia de sistemas como la calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC), ascensores, iluminación de emergencia, señales de tránsito, tratamiento de agua, bombas de drenaje, cámaras y drones de vigilancia, entre otros.
Además suelen registrarse diversas embestidas contra empleados y asistentes a los Juegos (como phishing, hacking, monitoreo remoto o manipulación de datos); ataques a la infraestructura del país, transporte, distribución de energía y electricidad, medios de transporte y aerolíneas, banca y servicios gobierno electrónico.
Ya en el plano deportivo, se han registrado intentos de manipular la decisión de los jueces, los sistemas de evaluación, y las puntuaciones, así como los sistemas de supervisión de atletas (sustancias que mejoran el rendimiento) o sensores de monitoreo (empleados para mejorar sus programas de ejercicio y sus resultados).
La difusión de rumores en redes sociales también puede impactar en los Juegos Olímpicos, con «perfiles falsos que pueden enviar mensajes falsos que lleguen a generar escenas de pánico o problemas similares», señala el informe.
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