Argentina fracasó en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015? Por las aspiraciones previas, sí. Porque no se pudo –como querían los dirigentes– superar a Colombia en el medallero (los cafeteros escalaron un puesto y fueron quintos) y la delegación nacional volvió a ocupar el séptimo lugar y con menos medallas de oro (21 en Guadalajara, 15 en Canadá). Pero esos análisis fríos pueden quedar para cuando pase el tiempo y sólo miremos un archivo. Ahora, en el fragor de una competencia que recién termina y que entregó tantas emociones, el fracaso no es tal.
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Es que el rival también juega. Así como Argentina se preparó para estos Juegos a conciencia, con la contratación de 12 entrenadores extranjeros y 352 millones de pesos de inversión (números oficiales), Colombia y el resto de los países también. De hecho, el país cafetero ve los frutos de un programa del cual nosotros copiamos el modelo, y que en vez de destinar el uno por ciento de las facturas de los celulares, como lo hace el Enard, grava el doble.
Argentina volvió a ser séptima, es cierto. Pero regresa de Toronto con marcas y clasificaciones importantísimas; con deportes que volvieron a poner al país en la consideración y con jóvenes promesas que alimentan la esperanza de lo que se viene. Y esto también se refleja en el medallero, en esos otros metales que no sirven para marcar el orden de mérito pero sí para medir el nivel: de las 19 presas de plata en Guadalajara pasamos a 29 en Toronto.
Nuestro país perdió terreno con la exclusión de la paleta del programa (en 2011 aportó cuatro oros) y en estos Juegos el remo no pudo repetir su cosecha, entregando apenas uno de los cinco oros celebrados cuatro años atrás. Pero se sorprendió con el aporte de la natación, el tiro y el karate, por ejemplo.
Los santafesinos Federico Grabich (un oro y una plata) y Santiago Grassi (plata) consiguieron medallas importantísimas para el conteo general con marcas que son más valiosas aún para los propios nadadores (los llevan a Río de Janeiro 2016) y para la natación argentina.
Las preseas de plata de Fernanda Russo, Amelia Fournel, Fernando Borello y Melisa Gil, en tiro, también significan el pasaje para Juegos Olímpicos.
En estas dos disciplinas, por ejemplo, el Enard hizo grandes apuestas con la contratación de entrenadores extranjeros y se demostró con resultados.
El karate, si bien no es olímpico, tuvo un importante aporte (oros de Pinzas y Amargos y bronce de Icasati), al igual que el patín (dos oros y una plata). Sus logros fueron tan bien recibidos como el primer puesto del beach vóley (Klug y Gallay) y la cosecha del tenis (dos oros, una plata y un bronce).
Medallas importantes. Además de las de la natación, la plata del handball femenino no hace una diferencia material respecto a 2011 pero le significó a la selección su primera clasificación olímpica en la historia. Y además con un equipo joven que tiene mucha proyección.
También el segundo puesto de Germán Chiaraviglio en salto con garrocha y el bronce de Mariano Mastromarino en la maratón tienen una valoración más allá del color del metal, ya que le permitieron a Argentina volver a hacer podio en especialidades en las que no lo lograba desde hace tiempo.
Fuente: http://mundod.lavoz.com.ar/y-mas/el-balance-de-toronto-2015-argentina-va-por-el-buen-camino
