El número de víctimas aún no está claro. Mientras algunas informaciones anunciaban que cinco personas habían perdido la vida, los familiares aseguraban que los fallecidos fueron más de 70.
Los incidentes comenzaron en la mañana, cuando se produjo un alzamiento de presos en el comando de la Policía de Carabobo, que alberga más de 250 personas, en rechazo de una requisa. El motín derivó en un incendio, cuyo origen no está confirmado, pese a que las versiones abundaron. Una indicó que los reos quemaron colchones; otra, que cuando uno de ellos iba a ser trasladado accionó una granada. Lo cierto es que, en poco tiempo, las instalaciones se llenaron de humo y la tragedia fue imposible de evitar.
De acuerdo con las primeras informaciones, cinco personas murieron por asfixia o quemaduras, entre ellas una mujer que estaba de visita; mientras que varias personas, incluidos uniformados, sufrieron heridas y tuvieron que se trasladados.
No obstante, poco después y debido a la magnitud del fuego y del humo que coparon el centro penitenciario, la cifra de víctimas mortales habría aumentado. De manera extraoficial, se indicó que los fallecidos llegaban a 78, diez de ellos mujeres, algo que ninguna autoridad confirmó.
Desesperación
Cuando las noticias sobre el motín y sus consecuencias empezaron a circular, decenas de familiares se agolparon en la puerta de la cárcel a la espera de novedades sobre los internos. No sólo no fueron recibidos ni sus inquietudes resueltas, sino que, en un clima de mucho nerviosismo y con los ánimos caldeados, se produjeron incidentes y los uniformados respondieron con gases lacrimógenos para dispersarlos.
“No nos han dicho nada; pido que las fuerzas del orden no los traten como perros, que no les lancen gasolina, les lanzaban plomo (disparaban) para adentro como si ellos fueran perros”, acusó la madre de un recluso de 19 años, mientras aguardaba noticias sobre la suerte de su hijo.